Autor: Comporelon
La vida actual es muy demandante. Presiones y tensiones nos llegan como aguijonazos por todos lados: levantarse temprano para ir al trabajo, terminar el trabajo que nos encargó el jefe, pagar las tarjetas de crédito, mandar a arreglar el auto que está arrojando mucho humo, etc.
No es raro que al final del día estemos cansados, abotagados, sin ánimos de platicar con nuestra esposa o nuestro esposo. Y esto es todos los días, incluso en los fines de semana. Pero, como podemos soportar todo este ritmo de vida. En realidad, nuestros organismos están acostumbrados a él. Imaginemos, por un momento, que tuviéramos a nuestra disposición una máquina del tiempo como la de H.G. Wells y que pudiéramos traer al siglo 21 a una persona, digamos, del siglo 17, y la sometiéramos al mismo ritmo de vida que llevamos nosotros. No es difícil imaginar que terminaría en el sillón del psiquiatra.
Pero, por muy acostumbrados que estemos a este ritmo de vida, no somos inmunes a sus efectos. Poco a poco, nuestro cuerpo comienza a pagar el precio. Sin razón aparente, nos sentimos cansados, malhumorados, con dolores de cabeza, entre otros síntomas. Esto es a lo que se conoce como estrés.
Toda demanda física o psicológica fuera de lo habitual y bajo presión que se le haga al organismo, provocándole un estado de ansiedad. En la mayor parte de los casos, el estrés aparece debido a las grandes demandas que se le imponen al organismo.Los factores estresantes o situaciones desencadenantes del estrés son cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo.
Una parte importante de las investigaciones que se han realizado para el estudio y comprensión del estrés se ha centrado en determinar y clasificar los diferentes desencadenantes de este proceso.
Son los siguientes:
Situaciones que fuerzan a procesar información rápidamente
Estímulos ambientales dañinos
Percepciones de amenaza
Alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etcétera)
Aislamiento y confinamiento
Bloqueos en nuestros intereses
Presión grupal
Frustración
Es por esto que, si usted o alguno de sus amigos, familiares o amigos presentan estos síntomas, lo aliente a acudir a un especialista para que le ayude a aprender a sobrellevar esta a la que muchos consideran como una epidemia mundial. Y, para dejarlo en claro, el estrés la causa de mortalidad número uno del mundo. Claro, nadie ha leído en el periódico o visto en la televisión una noticia como: Fulanito de tal murió de estrés”. Por supuesto que no, pero el estrés es la causa de muchas enfermedades. Entre las más conocidas está la hipertensión que, si no es tratada, puede desencadenar en un paro cardiaco.
Así que, tenga cuidado con el estés.
Hola, les dejo esta hermosa reflexión que me llego por correo electrónico: Una mujer regaba el jardin de su casa y vio a tres viejos con sus años de experiencia frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo: - No creo conocerlos, pero deben tener hambre.Por favor entren a mi casa para que coman algo. Ellos preguntaron: - ¿Está el hombre de la casa? - No, respondió ella , no está. - Entonces no podemos entrar, dijeron ellos. Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido. - ¡Entonces diles que ya llegué invítalos a pasar!. La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa. - No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos. - ¿Por qué?, quiso saber ella. Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó: - Su nombre es Riqueza. Luego indicó hacia el otro. - Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decide con tu marido a cuál de nosotros 3 desean invitar a vuestra casa. La mujer entró a su casa y le co...
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